Siempre se ha dicho que
para llegar a ser algo mejor hay que
documentarse, aprender las claves de cómo superarse a sí mismo y, tras adquirir
ese conocimiento, ponerlo en práctica. Entonces, para lograr dicho objetivo,
primero hay que conocer la historia de la mujer bibliotecaria con más coraje y
valor de la historia, María Moliner (1900 – 1981).
Estaréis pensando… ¿y
cómo puede considerarse valiente a una mujer cuya labor ha sido escribir? Pues
bien, Moliner escribió una de sus obras en uno de los momentos más difíciles de
la historia, la Guerra Civil. En dicha época, fue cuando la autora escribió una
obra que viene como anillo al dedo a todos los bibliotecarios despistados, sin
experiencia o que necesitan aclarar algunos asuntos sobre la metodología de las
bibliotecas, me refiero a La carta a los
bibliotecarios rurales (1937).
Debemos darle las
gracias a María Moliner por recordarnos y enseñarnos, a través de dicha obra,
las actividades que tenemos que llevar a cabo para llegar a ser un buen
bibliotecario. Personalmente, considero que este libro es perfecto para
aquellos que comienzan a trabajar por primera vez en una biblioteca, están en
prácticas o se encuentran un poco perdidos en este nuevo mundo de libros.
Pero La carta a los
bibliotecarios rurales no solo trata de cómo debe de trabajar un bibliotecario,
sino de cómo debe de tratar a los usuarios que entran en este edificio. Como
corrobora J. Ignacio Bermejo, el bibliotecario debe de hablarles de cultura y
debe aconsejarle un libro del cual el lector no vaya a aburrirse:
“ahí
radica precisamente tu misión: en conocer los recursos de tu biblioteca y las
cualidades de tus lectores de modo que aciertes a poner en sus manos el libro
cuya lectura les absorba hasta el punto de hacerles olvidarse de acudir a otra
distracción.”¹
Como veis, ser un buen
bibliotecario requiere una buena vocación y preocuparse por el usuario y su
satisfacción ya que hay que ayudarles en la resolución de sus necesidades
informativa, guiarles, recomendarles y ser imprescindible para ellos. Hay que
renovarse y parecerse a esa unión entre lo que ofrece la biblioteca y los
lectores.
Bueno blogueros, ¿entendéis ahora por qué hay que conocer a María Moliner y a su obra?. Y, además de las claves que habéis leído aquí para convertirse en un buen bibliotecario, ¿qué otras funciones o claves creéis que deben cumplir? Os leo.
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¹ BERMEJOLARREA, J. I. (2000). María Moliner, el
espíritu de una bibliotecaria comprometida. María Moliner, en su
centenario. Centro virtual Cervantes.
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